No pienso caer.

Está en alguna parte del círculo polar, vendrá a buscarte.
y si no lo hace, algún día os encontrareis en un café. o no.
Quizás en un aeropuerto, o en el metro. quizás os crucéis en una puerta giratoria.
O en una tienda de discos, en ese momento en el que el vendedor desaparece tras el mostrador y tu decides averiguar qué clase de ser se esconde debajo de los auriculares de prueba.

Pero tal vez ocurra de madrugada, entre los pasillos 9 y 12 de cualquier supermercado, en tu primer noviembre en esa húmeda ciudad de autobuses rojos.
O tal vez no.
Incluso puede que ya os hayáis soñado y el lugar y el tiempo estén poniéndose de acuerdo.
Es posible que nunca llegue a encontrarte, que viajéis en vagones paralelos sin estación común.

Solo te queda esperar, atiende a las señales.